Ciudad de México, 6 de octubre de 2025.— La relación bilateral entre México y China enfrenta uno de sus momentos más tensos de los últimos años, luego de que el gobierno chino manifestara su inconformidad ante las medidas proteccionistas impulsadas por la administración de Claudia Sheinbaum, entre ellas una propuesta para aplicar aranceles de hasta el 50% a productos de origen chino.

De acuerdo con un reportaje publicado por El País, el desacuerdo surge en un contexto internacional marcado por la guerra comercial entre Estados Unidos y China y por la próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), prevista para 2026.

El Ministerio de Comercio de China emitió un comunicado en el que expresó su rechazo a las políticas comerciales mexicanas, destacando que la Secretaría de Economía abrió cuatro investigaciones antidumping relacionadas con la importación de cinta adhesiva, pernos de acero y tubos de PVC procedentes del país asiático.

“China se opone firmemente a las acciones proteccionistas que dañan los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas”, señaló el gobierno de Pekín.

De acuerdo con cifras oficiales, México ha iniciado 11 investigaciones antidumping en 2025, casi el doble de las registradas el año anterior, lo que coincide con un endurecimiento de la política arancelaria de Estados Unidos hacia China.

La embajada china en México acusó a Washington de ejercer “matonismo económico” para presionar a países socios y limitar su comercio con China. “A Estados Unidos no le preocupa realmente el desarrollo de México, sino obligar a este país a fungir como su instrumento geopolítico en las cadenas industriales y de suministro”, afirmó la misión diplomática.

Este escenario se enmarca en la nueva estrategia comercial del presidente Donald Trump, quien ha retomado un modelo de proteccionismo económico que impacta directamente a sus aliados, incluido México. Cabe recordar que en 2023 México desplazó a China como principal socio comercial de Estados Unidos, lo que modificó la dinámica regional en materia de exportaciones y suministro industrial.

El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, aseguró que el diálogo con los gobiernos asiáticos continúa abierto para explicar los alcances de la propuesta de nuevos aranceles, que abarcarían casi 1,500 fracciones arancelarias. Ebrard descartó posibles represalias de Pekín, argumentando que el déficit comercial de China con México reduce su margen de presión. Hasta ahora, las autoridades chinas solo han abierto dos investigaciones formales: una por restricciones a la inversión y otra en el sector de nueces pecanas.

La decisión final sobre la aplicación de los aranceles quedará en manos del Congreso mexicano, que deberá analizar su viabilidad en el contexto de la política comercial y las obligaciones internacionales del país.

A pesar de la fricción diplomática, la inversión china en México continúa creciendo: en 2024 alcanzó 710 millones de dólares, principalmente en proyectos industriales en Guanajuato, Coahuila y Ciudad de México. No obstante, los expertos advierten que esta tendencia podría verse afectada si persiste la presión estadounidense sobre los vínculos comerciales con Pekín.

En su más reciente posicionamiento, el gobierno chino advirtió:

“Ante el abuso arancelario de Estados Unidos, los países deben oponerse conjuntamente al unilateralismo y evitar imponer restricciones bajo pretextos derivados de presiones externas.”

El panorama plantea un desafío para México, que deberá mantener el equilibrio entre su integración económica con Estados Unidos y la relación estratégica con China, su segundo mayor proveedor comercial.