Ciudad de México, 23 de junio de 2025.— La noche del 23 al 24 de junio marca una de las celebraciones más esperadas del calendario popular: la Noche de San Juan. Considerada una fecha cargada de simbolismo, se ha convertido en un momento propicio para realizar rituales que buscan atraer salud, fortuna, amor y renovación personal, sin importar las creencias espirituales de quienes participan.

A lo largo de esta velada, el fuego y el agua se convierten en protagonistas de una serie de prácticas ancestrales que siguen vigentes en distintos puntos del país.

Entre los rituales más representativos está el salto de la hoguera, una acción que, de acuerdo con la tradición, ayuda a eliminar malas energías. Se recomienda realizar el salto en series de tres, siete o nueve veces, ya que estas cifras se asocian con ciclos espirituales de purificación.

Otra costumbre extendida es la de sumergirse en el mar a la medianoche, lo cual simboliza una limpieza física y espiritual. Para quienes no tienen acceso al mar, se sugiere lavarse el rostro con agua con sal como alternativa simbólica.

Una práctica emocionalmente significativa consiste en escribir deseos personales y preocupaciones en hojas de papel, para luego quemarlas en el fuego: una hoja representa lo que se desea atraer, y otra, lo que se quiere dejar atrás.

En muchas regiones, se utilizan también hierbas aromáticas como lavanda, romero o laurel colocadas bajo la almohada. Este acto, según la tradición, favorece sueños reveladores y ayuda a canalizar energía positiva durante la noche.

Los colores de las velas juegan un papel especial. Se encienden según el objetivo: roja para el amor, verde para la salud, dorada para el dinero. Se deja que cada vela se consuma por completo como símbolo de plenitud.

Quienes desean atraer abundancia económica también optan por guardar una moneda dorada bajo la almohada o colocar tres monedas en la entrada de la casa, rituales pensados para abrir las puertas a la prosperidad.

El amor también tiene su espacio en esta noche especial. Algunos escriben el nombre de su pareja ideal o de la persona que desean atraer en un papel rojo, que colocan bajo la almohada para manifestar su deseo. Otros lanzan flores al mar o encienden velas rosas con intenciones de apertura emocional, acompañadas de afirmaciones que invocan relaciones sanas y sinceras.

Otro ejercicio emocional es escribir una carta al amor futuro y entregarla al fuego, como un acto simbólico de entrega y confianza. También se sugiere mirar al espejo bajo la luz de la luna y repetir palabras de afirmación personal, en un gesto de fortalecimiento de la autoestima.

Para atraer prosperidad, algunas personas lanzan monedas al fuego, guardan cenizas de laurel consagrado o cargan billetes con la luz lunar. Incluso, algunos preparan arroz dorado en saquitos rojos como amuletos económicos.

Más allá de lo simbólico, la Noche de San Juan representa para muchas personas un momento de reflexión, renovación y esperanza. Ya sea mediante fuego, agua, intenciones o silencio, es una oportunidad para cerrar ciclos, proyectar nuevos comienzos y conectarse con deseos profundos.