Bogotá, Colombia, 16 de junio de 2025.— Juan Sebastián Rodríguez Casallas, el adolescente señalado como autor del ataque directo contra el candidato presidencial Miguel Uribe Turbay, permanece bajo custodia de las autoridades en el búnker de la Fiscalía General de la Nación, luego de ser capturado minutos después de haber disparado a quemarropa durante un acto público. El aspirante continúa en estado crítico.

El menor será procesado por los delitos de tentativa de homicidio y porte ilegal de armas de fuego. Al tratarse de un adolescente, su caso es atendido en coordinación con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), que también ha revelado detalles sobre su entorno personal, marcado por la descomposición familiar, el abandono y antecedentes de violencia.

De acuerdo con información difundida por El Colombiano, Rodríguez Casallas, de apenas 16 años, había mostrado interés en actividades artísticas y deportivas, como el breakdance y el ciclismo BMX, antes de verse inmerso en un entorno delictivo. Sin embargo, su vida dio un giro drástico tras la muerte de su madre, episodio que marcó el inicio de una serie de conductas disruptivas y episodios de violencia escolar.

Tras el fallecimiento de su madre, el padre —de nacionalidad polaca— lo dejó al cuidado de la familia materna y posteriormente se desvinculó por completo. El menor habría experimentado episodios de violencia intrafamiliar y quedó al cuidado de una tía. A medida que crecía, dejó la escuela, comenzó a consumir sustancias y se vio involucrado en actos de agresión y acoso escolar.

La institución educativa a la que asistía informó en su momento la necesidad de que recibiera acompañamiento psicológico, sin embargo, el padre se negó rotundamente a aceptar la intervención profesional y llegó incluso a amenazar a dos docentes para impedir que el menor accediera al apoyo.

La Fiscalía colombiana continúa investigando los posibles vínculos del adolescente con redes criminales. Se busca determinar si actuó bajo órdenes de un autor intelectual y esclarecer quiénes están detrás del atentado contra Miguel Uribe Turbay. Las autoridades han señalado que el joven será sometido a entrevistas especializadas, como parte del proceso judicial y de protección en el marco del sistema penal para adolescentes.

Mientras tanto, la opinión pública colombiana observa con consternación un caso que no solo sacude la política nacional, sino que también evidencia las profundas fracturas sociales que empujan a jóvenes vulnerables hacia caminos de violencia y criminalidad.

La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ya se encuentra en Canadá para participar en la Cumbre del G7, donde mañana se reunirá con el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Barcelona, España, junio 2025.— La gimnasta catalana Ivet Playà, hoy de 27 años, ha provocado una fuerte sacudida en las redes sociales tras publicar un video en el que asegura haber vivido una relación íntima y desequilibrada con el cantante Alejandro Sanz cuando ella tenía 18 años y él 49. A través de un testimonio difundido en TikTok y replicado por medios como ABC y últimahora.es, la joven relató lo que calificó como “una pesadilla disfrazada de sueño”, y dijo sentirse “engañada, utilizada y humillada”.

En el video, Ivet explicó que su vínculo con el artista comenzó en 2015, cuando él empezó a seguirla en redes sociales. “No podía creer que alguien tan famoso me enviara mensajes, comentara mis fotos y hasta compartiera cosas mías”, relató. La relación, según afirma, fue creciendo hasta concretarse un encuentro privado cuando ella tenía 18 años.

La joven señaló que, motivada por su admiración y las atenciones del cantante, viajó por toda España para asistir a sus conciertos y, a los 22 años, se mudó a Madrid tras ser contratada para trabajar con él. Durante ese periodo, aseguró, su relación con Sanz se volvió íntima y sexual. “Yo pensaba que vivía un sueño, pero se transformó en una pesadilla”, expresó con contundencia.

Playà afirma que el cantante era plenamente consciente de su edad y de su vulnerabilidad emocional. También denunció que sentía que sus conversaciones privadas estaban siendo espiadas. Aunque no presentó una denuncia legal ni acusó un delito, su testimonio ha generado un amplio debate sobre la responsabilidad emocional en las relaciones marcadas por la diferencia de poder y edad.

“Me siento sucia por no saber quién pudo haber visto lo que le mandaba en mi intimidad. No firmé ningún documento de confidencialidad. No tengo nada que ocultar, y creo que tengo una responsabilidad moral de hablar”, declaró.

El relato de Ivet también incluye reflexiones sobre el comportamiento del cantante: “Creo que Alejandro Sanz vive en una realidad paralela en la que se siente por encima del bien y del mal. Eso es muy peligroso”, sostuvo.

Aunque por ahora no se han producido reacciones públicas del cantante ni de su equipo, el testimonio de Ivet Playà ha avivado una conversación en España sobre los límites éticos en relaciones con figuras públicas y la influencia emocional que pueden ejercer sobre admiradores jóvenes. La joven concluyó su mensaje diciendo: “Ya no soy esa niña dispuesta a todo por estar cerca de él. Ahora soy yo. Y ahora, la verdad”.