El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, sorprendió al país este martes con un discurso televisivo nocturno en el que declaró la ley marcial, en una medida sin precedentes recientes que busca enfrentar lo que describió como una amenaza interna contra la estabilidad del Estado.

Yoon acusó al principal partido de oposición, el Partido Democrático, de realizar actividades “antiestatales” y de simpatizar con Corea del Norte. Según el mandatario, la oposición estaría incitando a la rebelión y paralizando la gobernabilidad en el país.

En su discurso, el presidente explicó que la ley marcial es una respuesta a acciones específicas de la oposición, como:

1. Mociones para destituir a los principales fiscales del país.
2. El rechazo a una propuesta presupuestaria presentada por su Gobierno.
3. Presuntos esfuerzos del Partido Democrático para “derrocar el sistema democrático liberal”.

Yoon calificó estos actos como un intento deliberado de desestabilizar el país, mencionando que la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, se ha convertido en una “guarida de delincuentes” y un “monstruo que socava la democracia liberal”.

El mandatario también afirmó que la oposición simpatiza con el régimen norcoreano, utilizando estas acusaciones como base para justificar la ley marcial. Según Yoon, el país enfrenta amenazas internas que buscan alinear a Corea del Sur con los intereses comunistas de Pyongyang.

“Para salvaguardar una Corea del Sur liberal de las amenazas de las fuerzas comunistas norcoreanas y eliminar los elementos antiestatales… por la presente declaro la ley marcial de emergencia”, declaró en su discurso.

Tras el anuncio, se reportaron bloqueos en los accesos a la Asamblea Nacional, lo que ha impedido la entrada de legisladores. Según la agencia Yonhap, la situación generó incertidumbre, ya que el presidente del Parlamento intentaba convocar una sesión de emergencia.

La televisión local mostró imágenes de las entradas bloqueadas, lo que podría ser un indicio de las primeras medidas restrictivas bajo la ley marcial.

El presidente aseguró a los ciudadanos que la ley marcial busca proteger las libertades, la seguridad del pueblo y garantizar la sostenibilidad de la nación. Reconoció que esta medida podría generar inconvenientes, pero se comprometió a minimizar su impacto en la vida cotidiana.

“Eliminaremos a las fuerzas antiestatales y restableceremos la normalidad en el país lo antes posible”, prometió, enfatizando que la prioridad de su gobierno es mantener la estabilidad y prevenir un colapso político y social.

La declaración de ley marcial ocurre en un momento de alta tensión entre el Gobierno de Yoon Suk Yeol y la oposición, que tiene la mayoría en el Parlamento. Las relaciones se han deteriorado por diferencias ideológicas, acusaciones mutuas de corrupción y disputas sobre el manejo del presupuesto nacional.

El Partido Democrático ha criticado duramente al Gobierno, acusándolo de autoritarismo y de utilizar tácticas de intimidación para silenciar a la oposición. Por su parte, Yoon ha señalado a la oposición como responsable del incremento en el desorden social, incluyendo la expansión de problemas como el narcotráfico.

El anuncio ha generado preocupación entre ciudadanos y observadores internacionales. Mientras algunos sectores ven la medida como una respuesta necesaria para mantener el orden, otros temen que pueda derivar en una concentración excesiva del poder ejecutivo y en la limitación de derechos democráticos.

Organismos internacionales y gobiernos extranjeros han mostrado interés en los acontecimientos, considerando la importancia geopolítica de Corea del Sur como una democracia clave en Asia Oriental.